La guerra arancelaria mundial de Donald Trump tiene un potencial destructivo evidente, sembrando el caos y causando daño a escala global.
La Casa Blanca emprendió esta ofensiva sin argumentos sólidos y sin la consideración de sus graves consecuencias.
Al desapegarse de sus valores democráticos, Estrados Unidos ha cambiado su estrategia global, rechazando las alianzas sólidas y la globalización, lo que exige una gran adaptación por parte de Europa.
Es crucial que la UE responda con vigor, pero al mismo tiempo debe evitar la tentación de acciones precipitadas.
Resulta crucial fortalecer las alianzas con otros países y superar la fragmentación en el mercado común en Europa.
Europa sigue siendo fuertemente dependiente de los Estados Unidos en términos de seguridad, lo que puede resultar en graves riesgos.
Conclusión: En situaciones de abuso, es necesario responder, pero también es importante actuar con razón en lugar de indignación. La unidad e inteligencia política son más importantes que nunca para superar con éxito la embestida de la administración Trump.