El gobierno francés, liderado por François Bayrou, logró la aprobación de un presupuesto después de semanas de incertidumbre y negociaciones.
Bayrou ganó la abstención del Partido Socialista en dos mociones de censura, poniendo a los socialistas en un aprieto al tener que elegir entre estabilidad y sus compromisos con la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular.
El fracaso de la votación, promovida por La Francia Insumisa, se esperaba desde que la extrema derecha anunció que no se sumaría a la censura de Bayrou.
La decisión del Partido Socialista de no apoyarla ha provocado la primera gran fisura en la coalición Nuevo Frente Popular.
La nombración de Bayrou, un centrista, representa una apertura tímida hacia la izquierda con la esperanza de provocar la división que ahora se manifiesta.
Bayrou necesita una oportunidad no porque sea más progresista que su predecesor, sino porque su gobierno tiene más peso político y Francia necesita un presupuesto para estabilizar sus cuentas públicas.
Conclusión: La ruptura con el radicalismo de Jean-Luc Mélenchon abre la esperanza de que el gobierno de Macron comience a contar con los votos socialistas. Sin embargo, Bayrou sigue en una posición precaria, careciendo aún de un aliado sólido.