Bolivia está envuelta en una crisis política, comparada con el derrocamiento de Evo Morales en noviembre de 2019.
Existe una disputa entre el gobierno de Luis Arce y el expresidente Evo Morales.
Arce, antiguo aliado de Morales, se ha separado completamente, convirtiéndose en su principal adversario.
El descontento con el ejecutivo actual es visible, criticado por la gestión de la economía, la escasez de combustible, de dólares y la inflación.
Morales se enfrenta a una serie de resoluciones legales, incluida una orden de arresto por la presunta violación de una menor.
Se han producido intensas protestas, incluyendo la ocupación de cuarteles militares y bloqueos de carreteras.
Morales superó el límite constitucional de 10 años en el poder, postulándose nuevamente a la presidencia en 2019 tras perder un referéndum sobre la reelección.
Conclusión: La situación en Bolivia es crítica y existe el riesgo de una caída en el caos. El gobierno debe centrarse en atender las necesidades de la población y mitigar la tensión política.