Donald Trump volverá a ser presidente de los Estados Unidos.
El electorado ha avalado que el racismo y la misoginia son argumentos válidos para la mitad del país.
Trump está rodeado de negacionistas, multimillonarios y racistas paranoicos con los que planea dirigir la política estadounidense.
El control del Senado y probablemente de la Cámara de Representantes permitirá a Trump realizar nombramientos sin límite.
Trump manifiesta admiración por autócratas internacionales y es apoyado por los populistas europeos.
La victoria de Trump implica que la antipolítica es un camino plausible para las democracias.
Conclusión: Los Estados Unidos no solo ha votado por Trump, ha votado por el fin de una era en su democracia, dando inicio a otra, rodeada de señales tenebrosas y llena de incertidumbre.