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Editorial: El País

  • La Unión Europea no puede seguir ignorando el uso inapropiado de sus fondos en acuerdos migratorios con terceros países.
  • Turquía ha surgido como el centro de internamiento y deportación financiado por Europa, con violaciones generalizadas de los derechos humanos en dichos centros.
  • La UE ha externalizado su gestión migratoria, creando un dique de contención en territorio no comunitario.
  • Desde 2016, Turquía ha recibido más de 11.500 millones de euros para gestionar las necesidades de los refugiados, pero estos fondos han estado generalmente asociados con los abusos.
  • La Comisión Europea tiene la responsabilidad de garantizar que el trato a los migrantes cumpla con las normas europeas de derechos humanos.

Conclusión: Ante la reciente divulgación de abusos, Bruselas debe actuar con transparencia y exigir normativas rigurosas para el uso digno de los fondos destinados a la inmigración, alineándose con los valores que Europa afirma defender.