El Partido de la Libertad (FPÖ), de extrema derecha y con un líder polémico Herbert Kickl, ha ganado las elecciones generales en Austria, pasando de ser la tercera a la primera fuerza parlamentaria.
El FPÖ requiere una coalición para gobernar, ya que no llegó a la mayoría absoluta. Los partidos tradicionales tienen la tarea de buscar códigos sanitarios contra la extrema derecha para evitar convirtiendo a Kickl en primer ministro.
La victoria del FPÖ es una señal de creciente polarización en Austria, con miedos crecientes en torno a la inmigración y los refugiados, especialmente de origen árabe y musulmán.
Aunque Kickl no alcance el puesto de primer ministro, su influencia podrá mover el discurso público y las políticas hacia la extrema derecha, especialmente en áreas de seguridad, fronteras e inmigración.
Conclusión: Este avance de la extrema derecha en Austria es un recordatorio para toda Europa, incluyendo España, del peligro de permitir que la xenofobia y los miedos sobre la inmigración conduzcan la política. Los partidos tradicionales deben resistir esta tendencia y enfrentar estos miedos de maneras racionales y consideradas.