La Asamblea General de la ONU está constatada de ser incapaz de terminar con la violencia global.
Las Naciones Unidas han demostrado ser ineficaces para enfrentar los desafíos internacionales.
El doble rasero de las potencias occidentales se evidencia en su manejo de los conflictos en Ucrania e Israel.
Los Estados de Latinoamérica, Asia y África expresan su frustración sobre la exclusividad del núcleo del Consejo de Seguridad.
La reforma del Consejo de Seguridad resulta esencial para la representatividad y la efectividad global.
Conclusión: La estructura de las Naciones Unidas necesita una revisión y reforma profunda, considerando el cambio en las dinámicas y relaciones de poder internacionales para combatir efectivamente los conflictos globales.