El nuevo gobierno en Francia encabezado por Michel Barnier no representa la 'unidad nacional' prometida por Macron, tapijó la crisis política del país.
El ejecutivo es esencialmente conservador y tiene escaso capital político, incluso miembros del partido LR que obtuvo representación mínima en las elecciones.
Los nombramientos de Bruno Retailleau y Laurence Garnier, ambos de la derecha conservadora, son vistos como una inclinación hacia el RN de Marine Le Pen.
El gobierno no cuenta con una mayoría absoluta en el parlamento, lo que lo pone en riesgo de una moción de censura.
El liderazgo de Macron ha demostrado una traición al voto de los franceses y ha enterrado efectivamente el frente republicano.
El RN ya es visto como el favorito en las próximas elecciones presidenciales y estas decisiones solo aumentan la desafección democrática.
Conclusión: Bajo el gobierno de Macron, Francia parece estar inclinándose hacia la derecha, abandonando su promesa de unidad y agravando la crisis política.