El gobierno alemán ha decidido activar controles fronterizos para reducir la inmigración irregular y endurecer la gestión de solicitudes de asilo.
Se prevé que la decisión de Alemania cause tensiones con los países vecinos y quite fuerza a la libre circulación establecida por el Acuerdo de Schengen.
La decisión se tomó después de la derrota de los partidos de la coalición de gobierno en las elecciones regionales y ante el reciente auge de la ultraderecha.
Esta medida podría legitimar el discurso xenófobo, al ser adoptada por partidos moderados.
En otros países, los partidos no populistas también están adoptando posiciones extremas en asuntos de inmigración.
Conclusión: Los partidos moderados deben rechazar el discurso migratorio ultraderechista y apoyar un discurso basado en datos, en el derecho internacional humanitario y en la riqueza que la inmigración aporta a la Unión Europea.