El gasto en defensa está en aumento a nivel global, impulsado por varios conflictos y tensiones geopolíticas.
El gasto militar real suele superar al presupuestado inicialmente, lo que parece ser una táctica para sortear presiones internas y esquivar a la opinión pública.
El gasto militar se reparte entre distintos departamentos y no solo el Ministerio de Defensa, lo que puede distorsionar las cifras reales.
A pesar de aumentos significativos, España aún está por debajo del 2% del PIB en gasto en defensa comprometido por los países de la OTAN.
Conclusión: Es necesario que las cuentas públicas reflejen fielmente los gastos militares y los compromisos internacionales, para permitir una visión clara y directa de las prioridades políticas y futuros compromisos.