El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha provocado un choque sin precedentes con la Unión Europea (UE) tras asumir su presidencia semestral.
Las tensiones se deben a la postura unilateral de Orbán, especialmente a sus encuentros con los presidentes de Rusia y China, y su relaxación de las normas de visado para ciudadanos rusos y bielorrusos.
El desafío de Orbán al bloque europeo, sobre todo en el asunto de Ucrania, ha causado gran consternación.
El euroescepticismo y los movimientos populistas están ganando terreno en Europa, lo que se refleja en la creciente representación de estos grupos en las instituciones comunitarias.
La mayoría de la UE sigue comprometida con los valores fundamentales del bloque y el respeto al estado de derecho.
Conclusión: La UE debe responder firmemente a las acciones de Orbán, incluso ir más allá de un simple boicot diplomático si persiste en su desafío a los valores y estatutos del bloque. Su posición en las instituciones de la UE podría correr peligro si persiste en su actitud.