El Congreso aprobó una norma para alcanzar la igualdad de género en los ámbitos de poder, imponiendo un mínimo del 40% de mujeres en la dirección de grandes empresas, Gobierno y Administración.
La aprobación de la norma no fue unánime, con 178 votos a favor y 171 en contra.
A pesar de ser uno de los países con mejor puntuación en el índice del Instituto Europeo de Igualdad de Género, España tiene un desequilibrio histórico que afecta a las mujeres tanto en la vida diaria como en el acceso a los espacios de poder.
Las mujeres constituyen una minoría en posiciones de liderazgo en las empresas cotizadas, universidades, instituciones regionales y locales.
Más allá la obligatoriedad de un porcentaje, es necesario abordar la realidad cotidiana de las mujeres y eliminar las barreras que frenan su avance profesional.
Conclusión: La aprobación de esta ley representa un paso importante hacia la igualdad de género en los espacios de poder, pero es necesario continuar trabajando, sobre todo en la eliminación de estereotipos y en la garantía de la calidad de vida de todas las mujeres.