La Junta de Andalucía dedicó 680 millones de euros a un programa de ayudas a empresas en crisis durante el Gobierno del PSOE de 2000 a 2010.
El programa, que financió prejubilaciones de trabajadores, causó un colosal fraude bajo el mandato socialista debido a la falta de mecanismos de vigilancia.
La corrupción se generalizó en la Consejería de Empleo, desde donde se decidió el reparto de estos fondos.
En 2019 se condenó por prevaricación y malversación a los directivos de la Consejería de Empleo y a parte del Gobierno andaluz, incluidos los expresidentes José Antonio Griñán y Manuel Chaves.
El Tribunal Constitucional ha anulado recientemente estas condenas entendiendo que no puede existir prevaricación en la aprobación de una Ley de Presupuestos.
Las sentencias reparan en parte el daño causado a los dirigentes del PSOE condenados y diferencian entre ámbito penal y ámbito político.
Conclusión: Si bien la gestión del programa de ayuda causó un caso significativo de corrupción, la reciente decisión del Tribunal Constitucional sirve para enfatizar la separación de poderes, proteger los derechos constitucionales y limitar la responsabilidad estatutaria.