Más de 1,5 millones de niñas y jóvenes afganas están sufriendo la prohibición del régimen talibán de acceder a la educación desde marzo de 2022.
Las políticas del régimen talibán han tenido graves consecuencias para el desarrollo vital de estas niñas y jóvenes y han resultado en una desaparición asombrosa de horas de educación.
Las garantías iniciales ofrecidas por los talibanes se han desvanecido rápidamente, desatando una brutal ofensiva contra la libertad de las mujeres afganas.
El relator especial de la ONU para Afganistán ha denunciado un apartheid de género en el país.
A pesar de la situación, la ONU ha cedido a las presiones del Gobierno de Kabul e invitó a sus representantes a una cumbre internacional sobre Afganistán.
Conclusión: La comunidad internacional tiene que comunicar claramente al régimen talibán que la dignidad de la mujer es una prioridad universal y no negociable.