La Unión Europea ha destinado fondos para frenar la migración desde países africanos, fondos que a menudo se usan para detener a los migrantes y abandonarlos en áreas remotas.
La falta de transparencia en el sistema de financiación dificulta el seguimiento del dinero, pero recientes investigaciones revelaron que la UE y sus Estados miembros financian indirectamente estos métodos brutales de gestión de inmigración irregular.
España tiene un papel importante en esta política y ha sido pionera en subvencionar a terceros países para la gestión de sus fronteras.
Estos pactos han sido criticados ya que la UE subcontrata una política esencial, la migratoria, sin las mínimas garantías y tiene un impacto importante en las próximas elecciones europeas.
A pesar de las afirmaciones de la Comisión Europea, las cláusulas de respeto a los derechos humanos en sus contratos son a menudo ignoradas.
Conclusión: Se requieren políticas de migración más humanas, transparentes y eficientes. La Unión Europea debe asumir la responsabilidad de las políticas que financia y asegurarse de que respetan los derechos humanos y los valores europeos.