Cuatro años después de la primera ola del Me Too en el cine francés, el festival de Cannes se ha convertido en el escenario elegido para dar visibilidad a la segunda ola del movimiento en Francia.
El influente productor Alain Sarde fue acusado por nueve mujeres de violación y agresión sexual en los años 80 y 90, sumándose a una larga lista de casos en el cine francés.
En Francia el 94% de las denuncias por violación acaban siendo desestimadas, motivo por el cual varias personalidades reclaman una ley integral para combatir la violencia sexual.
El cine francés es criticado por intentar ignorar las denuncias de violencia sexual y el Gobierno de Macron es señalado por su pasividad en la lucha contra la violencia de género.
La actriz Godrèche tomó valentía e impulsó la creación de una comisión de investigación sobre los abusos sexuales en el sector audiovisual, dando un atisbo de respuesta institucional en Francia.
Conclusión: La industria cinematográfica francesa se enfrenta a serias acusaciones de abuso sexual, con poco apoyo institucional aparente para erradicar el problema. Es imprescindible que la industria tome conciencia y el poder legislativo responda de manera contundente.