Pedro Sánchez ha tomado cinco días para considerar su continuidad al frente del Gobierno, poniendo al PSOE frente al espejo.
Durante su mandato, Sánchez ha mantenido un control absoluto sobre todas las decisiones orgánicas del PSOE.
Sánchez ha nerviosamente introducido la idea de un PSOE sin él, en un momento delicado para el partido.
Las encuestas no pronostican un colapso del PSOE, pero el partido está navegando en una coyuntura compleja tras la pérdida de varios gobiernos autonómicos.
El PSOE actualmente solo conserva los ejecutivos de Castilla-La Mancha, Asturias y Navarra.
Una renuncia de Sánchez habría entrado en conflicto con cualquier intento de renovación ordenada en las federaciones socialistas.
Sánchez ha afirmado recientemente su intención de continuar como candidato en las próximas elecciones.
El presidente afirmó que el partido 'trasciende' su persona, instando al PSOE a reflexionar colectivamente sobre su futuro, sin depender únicamente de su líder.
Conclusión: El PSOE se enfrenta a una serie de desafíos y debe tener en cuenta la continuación de su proyecto político más allá del liderazgo de Sánchez.