España necesita una reforma fiscal esencial que todavía está en proceso para resolver debilidades económicas, como la desigualdad y la falta de capacidad estatal durante las crisis.
El impulso para esta reforma viene tanto de la necesidad interna del país como de las demandas de Bruselas para continuar recibiendo fondos europeos.
El Gobierno español ha argumentado que las medidas impositivas actuales ya están abordando parte de estas necesidades, pero Bruselas insiste en reformas más completas.
Existe desacuerdo político dentro de España sobre cómo se debe realizar la reforma fiscal, en particular en lo que respecta a la financiación autonómica.
Conclusión: Difícil aunque esencial, la reforma fiscal en España es un punto crítico para la salud económica del país. El equilibrio entre las demandas internas y las de Bruselas aseguraría su éxito.