El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de Esquerra Republicana, propone un sistema de financiación similar al foral vasco y navarro para Cataluña.
La propuesta ha sido recibida con frialdad y visto como un movimiento electoralista.
Las grandes organizaciones económicas mostraron indiferencia, debido al descrédito acumulado por el independentismo en la gestión económica.
Fuera de Cataluña, la propuesta enfrenta rechazo y críticas.
Esquerra propone salir del unilateralismo para buscar un modelo de financiación responsable, suficiente y transparente.
El problema principal no es el régimen común de financiación, sino la desigualdad entre este y los regímenes forales
Extender el cupo a otros territorios amplificaría desigualdad.
El malestar catalán surge no por pagar 'de más' sino por recibir de vuelta menos de lo que aportan.
Conclusión: Para solucionar el malestar transversal entre la ciudadanía catalana, debe buscarse una solución urgente a la asimetría en la recepción de fondos en lugar de propuestas grandilocuentes.