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Editorial: El País

  • Las protestas sin precedentes fueron impulsadas por funcionarios de prisiones catalanes después de la muerte de un trabajador penitenciario a manos de un interno.
  • Los funcionarios han expresado creciente sensación de inseguridad en los centros penitenciarios, y las agresiones han aumentado, especialmente tras las medidas de confinamiento por Covid.
  • El bloqueo de los accesos a las cárceles obligó a encerrar a los presos en sus celdas por falta de personal, situación que pone en riesgo los derechos de los internos y la convivencia en las cárceles.
  • La situación tomó por sorpresa a la Generalitat, quien tiene la competencia exclusiva de las cárceles, mostrando una falta de coordinación entre Justicia e Interior.
  • Los funcionarios de prisiones han formado un movimiento más allá de los sindicatos tradicionales, cuyo rechazo a negociar con Justicia agrava el conflicto.
  • Los sindicatos piden la dimisión de un alto cargo de Justicia, evidenciando una tensión sobre el modelo penitenciario catalán y su enfoque en rehabilitación y reinserción.

Conclusión: Es esencial que el Govern atienda las demandas legítimas de los trabajadores penitenciarios y se enfrenta al reto de equilibrar la necesidad de seguridad y autoridad con las políticas de reinserción de presos.