España tiene un problema de pobreza infantil crónico, con un 28,9% de los menores de 18 años en riesgo de pobreza en 2023, la tasa más alta de la UE.
El aumento de los tipos de interés, que influyen en los precios y alquileres, ha golpeado especialmente a los más vulnerables.
El coste de la vivienda se está convirtiendo en un factor que aumenta la pobreza infantil y la desigualdad.
Las familias monoparentales y los hogares con niños experimentan tasas de pobreza significativamente más altas.
España es uno de los países de la UE que menos redistribuye su sistema fiscal e invierte menos en políticas de infancia y familia.
El Gobierno aprobó un plan en 2023 para aplicar una garantía infantil, con el objetivo de remover más de 700.000 niños del riesgo de exclusión social para 2030.
Conclusión: La pobreza infantil en España es una crisis que requiere una mejor redistribución fiscal y una mayor inversión en políticas de infancia y familia. Las medidas para combatir la exclusión social son fundamentales para mejorar el presente y futuro del país.