Nayib Bukele obtuvo una victoria arrolladora en las elecciones presidenciales de El Salvador, con cerca del 85% de los votos.
Bukele ganó popularidad desarticulando las maras, reduciendo drásticamente la criminalidad y la violencia.
El Salvador tiene ahora la mayor tasa de encarcelamiento del mundo.
Bukele ha implementado un régimen de excepción, violando derechos humanos y acosando medios y activistas que no apoyan su política.
El éxito de Bukele ha elevado su figura ante las ultraderechas latinoamericanas.
El Salvador no ha resuelto sus problemas de atraso y desigualdad, y la pobreza extrema ha aumentado.
Conclusión: Es necesario un mayor escrutinio y presión internacional sobre Bukele para frenar la deriva autoritaria en El Salvador, y es esencial que los partidos de oposición se reformen para ofrecer soluciones creíbles y atractivas al electorado.