2026 abre un nuevo orden mundial basado en la destrucción del marco ideológico, político y estratégico al final de la Guerra Fría.
Este cambio está impulsado por tres factores: la revolución trumpista, el acelerón tecnológico y una creciente precariedad social.
La percepción de decadencia está volviendo a ser una fuerza motriz en la política internacional.
El nacionalismo civilizatorio, revitalizado por varios líderes incluyendo Trump, Putin y Xi, está en el corazón del nuevo orden.
El autoritarismo y la democracia pueden oscurecerse a favor de las narrativas de identidad y destino histórico.
2026 será un año de decisiones duras en los campos económico, tecnológico y geopolítico.
Europa está siendo superada por EE.UU. y China en términos de productividad, innovación y control de tecnologías clave.
Conclusión: En el contexto de estos desafíos globales, España, sumida en el agotamiento del sanchismo, se encuentra en una situación crítica marcada por la falta de discusión estratégica, la ambición exterior y la amenaza de irrelevancia internacional.