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Editorial: El Mundo

  • España es la primera democracia occidental con un fiscal general en activo condenado por cometer un delito de naturaleza política en el ejercicio de su cargo.
  • Cada minuto que Álvaro García Ortiz ha permanecido en él desde la imputación ha representado un insulto a la neutralidad institucional.
  • La condena de García Ortiz significa que debe abandonar su cargo, lo que resalta el deterioro de la calidad de nuestra democracia.
  • El resultado del juicio es una expresión de la fortaleza del Tribunal Supremo frente a las injerencias del Gobierno.
  • La revelación de información reservada por García Ortiz, reconocida por la Sala de lo Penal, no debió ser divulgada.
  • El Gobierno ha defendido al fiscal general a pesar de la condena, perpetuando la campaña de ataques a la justicia.

Conclusión: La condena de García Ortiz y la defensa del Gobierno a este, representan un severo golpe a la democracia española e indican un problema estructural en la relación entre los poderes judiciales y los poderes ejecutivos.