El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, planteó un proyecto centrado en la cohesión social y territorial.
Critica la posibilidad de 'privilegios' en un modelo de financiación autonómica, rechazando la negociación bilateral su partido ante ERC.
Señaló la responsabilidad política de Sánchez en la corrupción relacionada con sus secretarios de Organización.
Defiende un PSOE más afín a sus raíces socialdemócratas, lejos de reacciones defensivas y mayorías excluyentes.
Conclusión: García-Page impulsa un enfoque centrado en la cohesión y la igualdad, criticando las tácticas de concesión y el nuevo rumbo del PSOE, y pidiendo un retorno a las raíces socialdemócratas del partido.