Pedro Sánchez desaprovechó la oportunidad de aclarar las sospechas de descontrol financiero y posibles caja B en el PSOE.
No proporcionó explicaciones detalladas y optó por aleccionar a los senadores y descalificar la comisión como difamatoria, lo que contribuyó al deterioro institucional.
Mostró una actitud insatisfactoria y se parapetó con respuestas evasivas y ambiguas, indicando una posible estrategia de protección ante futuras investigaciones judiciales.
Incurrió en contradicciones en sus declaraciones que ponen en duda su credibilidad.
Fue criticado el tono y la falta de solidez de la oposición en el Senado.
Todo el evento contribuyó a alimentar la antipolítica.
Conclusión: La actitud de Pedro Sánchez en el Senado demostró un desprecio hacia la verdad y las instituciones, y en lugar de aportar luz sobre las acusaciones de corrupción en su partido, dejó más dudas y sospechas.