La crisis migratoria en las Islas Canarias exige una respuesta inmediata y efectiva por parte del Gobierno.
La llegada de inmigrantes irregulares ha sobrepasado la capacidad de acogida de las islas.
El Gobierno debe aparcar la reforma de la Ley de Extranjería y centrarse en solucionar la situación urgente de los menores no acompañados.
La inmigración es un desafío complejo que requiere una respuesta basada en valores democráticos y un diagnóstico honesto.
El uso de la cuestión migratoria como arma política polariza la situación.
Se necesitan acuerdos amplios y responsables para afrontar esta crisis.
A pesar de la necesidad de una mayor colaboración de la UE, el Gobierno aún tiene margen de acción, como profundizar en los acuerdos con los países de origen.
Conclusión: Para solucionar esta crisis horrenda, es crucial salir del estancamiento político actual y formar un consenso amplio que incluya estrategias efectivas, cooperación de la UE y acuerdos con los países de origen.