El Gobierno de Pedro Sánchez recurrió a un decreto ley para prorrogar el impuesto a las empresas energéticas, eludiendo el rechazo parlamentario.
La maniobra se percibe como una muestra de soberbia y evidencia la fragilidad creciente del bloque de la investidura.
Se observa una posible conformación de una mayoría alternativa, evidenciada por la enmienda de los populares que interrumpieron la prórroga del impuesto.
La única concesión del Gobierno ha sido un incentivo fiscal a inversiones estratégicas para la transición ecológica y descarbonización, pero se considera irrelevante para mitigar los efectos negativos sobre la inversión.
Conclusión: El Gobierno de Sánchez muestra cada vez más ineptitud para legislar de manera efectiva, recurriendo a maniobras que aumentan la inseguridad jurídica y evidencian la creciente fragilidad de su bloque de investidura.