La reciente ceremonia de reapertura de Notre Dame, que contó con 40 líderes mundiales, fue un fuerte simbolismo de la democracia y la cultura occidental.
La ausencia de España en el evento es enormemente cuestionada ya que aparece como un descuido geopolítico y un distanciamiento de un estado simbólico de unidad europea.
La responsabilidad de la ausencia recae sobre el Gobierno de España y el Ministerio de Cultura, que no cumplió su rol de representación.
Las justificaciones dadas - un ministro que no pudo asistir por razones personales - están siendo criticadas y se pide que se aclare la situación.
Conclusión: La omisión en asistir a este evento señala posibles problemas en la dirección de las relaciones exteriores de España, o bien un descuido inexcusable, lo que amenaza su imagen en la esfera mundial.