La generalización del acceso a internet, especialmente entre los jóvenes, ha conllevado tanto progresos significativos como nuevos riesgos para la salud mental.
La sobreexposición a las pantallas se vincula con una capacidad reducida de atención y algunos países están volviendo a los libros de texto en la educación.
Las redes sociales han tenido impactos perjudiciales en los jóvenes, incluyendo trastornos psicológicos, de alimentación, adicción y riesgo de ciberacoso.
Australia y España están tomando medidas legislativas para restringir el acceso a las redes sociales para los menores de 16 años.
Un informe reciente con 107 propuestas busca desarrollar un entorno digital seguro para los jóvenes, limitando el uso de pantallas y promoviendo la responsabilidad digital.
Conclusión: Es crucial encontrar un equilibrio en este tema, reconociendo tanto los beneficios como los riesgos del acceso a internet para los jóvenes y promoviendo una respuesta colectiva basada en la responsabilidad de las plataformas digitales, la educación de los niños y adolescentes sobre su propia responsabilidad, y la implicación de las familias.