El alto el fuego entre Israel y Hizbulá ha frenado una escalada con 3.800 muertos en Líbano y disminuido la amenaza de guerra total en Oriente Próximo.
El acuerdo obliga a Hizbulá a retirarse al norte del río Litani y a las fuerzas de Netanyahu a replegarse dentro de sus fronteras.
Permite el regreso a sus hogares de 1,2 millones de libaneses y 60.000 israelíes desplazados.
La paz es frágil e incompleta, excluyendo a Gaza y permitiendo a Israel atacar unilateralmente si su seguridad está en riesgo.
Hizbulá sigue siendo influyente a pesar de su debilidad, y las fuerzas libanesa y de la FINUL tendrán que impedir su rearme.
Conclusión: El acuerdo representa un paso significativo hacia la estabilidad, pero es una paz precaria dada la posibilidad de ataques unilaterales de Israel, la exclusión de Gaza, y el continuado papel influyente de Hizbulá.