Carlos Mazón admitió su rol en la mala gestión del DANA, situación que daña su fortaleza política.
El dirigente está considerando no presentarse para la reelección, ligando su futuro a la gran reconstrucción post-catastrófica.
Mazón dirige la atención hacia la ausencia de alerta adecuada por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
La falta de liderazgo de Mazón se hace notoria en su tardía aparición en el comité de emergencias y en el envío retrasado de la alerta a los ciudadanos.
La responsabilidad política de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se pone en cuestión al igual que la de Mazón.
Conclusión: La tragedia de la DANA ha generado una crisis de liderazgo en la clase política Valenciana, evidenciada en la gestión de Mazón y Ribera.