El estado de desolación en el país es inmenso con la ciudadanía conmocionada y necesitada de auxilio sin precedentes.
Las autoridades están obligadas a desplegar todos los recursos a su alcance y liderar eficazmente para calmar la sensación de desamparo que se está extendiendo.
El estado de alarma se considera una herramienta esencial para responder a la catástrofe, proporcionando ayuda militar y seguridad para la ciudadanía.
El drama humano incluye víctimas mortales, personas desplazadas y carencia de servicios básicos como agua potable y suministro eléctrico.
Existe la posibilidad de solicitar a la Unión Europea la activación de la cláusula de solidaridad, implicando a los estados miembros en el socorro a España.
Conclusión: La sociedad española enfrenta una desolación sin precedentes y requiere un despliegue de ayuda eficaz y la activación de la cláusula de solidaridad de la Unión Europea.