Después de otro fin de semana de caos ferroviario, la gestión del Ministerio de Transportes ha sido cuestionada.
A pesar de tener una infraestructura catalogada entre las mejores del mundo, su imagen ha sido dañada recientemente.
La acumulación de problemas sugiere que la red ferroviaria debería estar en manos de alguien con experiencia en gestión y conocimientos técnicos, no en un especialista en confrontación política.
La liberalización de la alta velocidad española ha traído modernización y resultados positivos pero también ha puesto a prueba la capacidad de la infraestructura, exigiendo mayor esfuerzo de gestión.
Conclusión: Es evidente que los recientes incidentes ferroviarios requieren un liderazgo con experiencia en gestión y conocimiento técnico para abordar los desafíos planteados por la creciente demanda y mantener un alto estándar de servicio.