Pedro Sánchez respondió a la marcha por la vivienda sin asumir la responsabilidad del fracaso que representa la falta de vivienda asequible.
El Presidente utilizó una retórica divisiva en lugar de abordar las causas de la crisis.
Se están implementando medidas cortoplacistas que han incrementado la inseguridad jurídica, limitado el alquiler y disparado los precios.
La decisión de limitar los precios en 'zonas tensionadas' probablemente hará subir los precios a medio y largo plazo.
Se necesita una estrategia transversal y la colaboración público-privada para resolver la crisis de vivienda en lugar de discursos dogmáticos que demonizan al propietario.
Conclusión: La gestión del Gobierno en la crisis de la vivienda se caracteriza por su división retórica y su falta de estrategia a largo plazo, lo que ha agravado la situación en lugar de resolverla.