La flexibilización de la baja laboral a través de una reincorporación parcial y voluntaria es un intento razonable de adaptarse a las nuevas realidades sociales.
La medida, propuesta por la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, tiene que priorizar la salud del trabajador en todo momento y estar supervisada por un médico.
La baja flexible podría ser una forma más eficiente de gestionar la incapacidad temporal.
La incapacidad temporal aumentó un 11,3% el año pasado, con un impacto económico de 25.326 millones para las empresas.
Es imprescindible abrir un diálogo social para amortiguar estos costos, que han aumentado un 73,9% en los últimos cinco años.
Conclusión: La baja flexible puede ser una solución beneficiosa tanto para los trabajadores como para las empresas, pero debe ser implementada cuidadosamente y con prioridad siempre en la salud de los trabajadores.