El primer ministro francés, Michel Barnier, ha delineado un duro plan de gobierno centrado en la reducción del gasto público y el aumento temporal de los impuestos a corporaciones y grandes fortunas.
Francia se encuentra al borde del 'precipicio' debido a una gran deuda (110% del PIB) y un insostenible déficit (6%), lo cual ha llevado a la UE a incluir al país en el procedimiento disciplinario por exceso de déficit.
A pesar de las reformas lideradas por Macron, como la de las pensiones, éstas han sido insuficientes.
La insatisfactoria situación económica de Francia está atrayendo la atención de los inversores, que temen un bloqueo político que pueda boicotear los indispensables recortes presupuestarios.
Barnier señala la necesidad de dejar atrás la ilusión de que todo es gratuito y la tentación de subvencionarlo todo.
El editorial aconseja a España no ignorar la situación de Francia, resaltando que la flexibilidad de la UE con el déficit español no debe conducir a la complacencia y subrayando la necesidad de reformas.
Conclusión: La situación de Francia ofrece una lección objeta: las reformas estructurales, aunque complejas y costosas políticamente, deben implementarse en tiempos de prosperidad antes de que las finanzas del país sean sobrepasadas.