Nicolás Maduro busca perpetuarse en el poder ilegítimamente, reforzando su gabinete con figuras fuertes del chavismo.
El vicepresidente ejecutivo, Delcy Rodríguez, tomará control del Ministerio de Petróleo, principal activo económico de Venezuela.
Diosdado Cabello, figura clave de la represión chavista, estará a cargo de Interior y Justicia, aumentando el aparato opresivo del régimen.
Hay renovaciones en diversas carteras económicas para impulsar el denominado 'socialismo territorial', lejos de la libertad deseada por el pueblo.
La voluntad del pueblo oprimido y con hambre no será suficiente para derrocar el régimen sin un involucramiento decisivo y aumento de presión de la comunidad internacional.
Mientras que Europa, EEUU, la ONU y otros organismos internacionales han condenado el fraude, actores clave de la región latinoamericana, como México, Brasil y Colombia, parecen querer asumir un papel de mediadores.
El Gobierno español debe aclarar qué papel está desempeñando José Luis Rodríguez Zapatero, quien ha sido observador en las elecciones.
Conclusión: Se requiere de un pronunciamiento claro de la comunidad internacional y actores locales para lograr un cambio político en Venezuela.