El Gobierno actual muestra parálisis y carece de una política migratoria a largo plazo.
No existe voluntad política para entablar un diálogo efectivo con la oposición.
La crisis migratoria ha excedido la capacidad de acogida en Canarias, Ceuta y Melilla.
La desidia del Gobierno se refleja en la demora para atender la situación de emergencia.
El compromiso para intensificar los encuentros y reformar la Ley de Extranjería es vago y sin resultados concretos.
Se requiere un plan sólido para abordar la crisis migratoria, que incluya un pacto de Estado y una visión integral.
Este plan debe considerar aumentar el control de las fronteras, declarar la emergencia migratoria, inyectar más fondos a las comunidades autónomas y el apoyo de la Unión Europea.
Conclusión: La actual crisis migratoria y la incapacidad del Gobierno para presentar un plan sólido y realizar un diálogo efectivo con la oposición exponen una falta de liderazgo crítica que podría llevar la situación a un estado inmanejable.