La debilidad política y personal de Pedro Sánchez se refleja en su desafío al Estado español.
La preacuerdo entre ERC y el PSC en financiación bilateral otorga a Cataluña un privilegio sobre el resto de España, configurando así el país de manera desequilibrada.
La imposición de este modelo confederal rompe con los principios de igualdad consagrados en la Constitución.
Este pacto también amenaza el estado de bienestar en otras regiones al poner en cuestión la aportación estatal a las pensiones, salud, educación y servicios sociales.
La falta de legitimidad constitucional es evidente y se teme un manejo unilateral del Tribunal Constitucional por parte del Gobierno.
La sobrevivencia política de Sánchez parece depender de estrategias de polarización y confrontación, usando instituciones del Estado para su beneficio personal.
Conclusión: El editorial pone de relieve la preocupación por una posible deriva autoritaria en el Gobierno de Sánchez, una erosión de la solidaridad interterritorial y un desafío a principios constitucionales.