El Gobierno ha manipulado el diálogo social en su propio interés, llevando a cabo medidas unilaterales sin negociación previa.
Las políticas de Yolanda Díaz han mostrado un acuerdo sesgado en favor de la reducción de la jornada laboral, permitiendo un chantaje nacionalista.
Existió una prevalencia de los convenios colectivos a favor de los autonómicos y provinciales, generando diferencias en las condiciones de los trabajadores según la región.
Estos cambios en las relaciones laborales se derivaron no de un acuerdo entre empresas y sindicatos, sino de un intercambio de apoyos políticos.
Conclusión: El Gobierno ha manipulado el sistema político y laboral para su propio beneficio, infringiendo la unidad del mercado y la seguridad jurídica, llevando a decisiones injustas y desequilibradas.