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Editorial: El Mundo

  • Los aumentos de salario y la reducción de la jornada laboral no pueden lograrse por ley, sino aumentando la productividad.
  • Una disminución lineal de la jornada laboral aumentaría automáticamente los costos laborales, afectando la competitividad.
  • Las empresas más pequeñas serían las más afectadas ya que funcionan con márgenes menores.
  • Se debería buscar jornadas más cortas con medidas flexibles, adaptadas por sector y con reformas que incentiven la productividad.
  • El Gobierno tiene otra semana de negociación para decidir, teniendo la oportunidad de evitar actuar de manera precipitada.

Conclusión: Si bien existe el deseo de mejorar las condiciones laborales, las decisiones deben tomarse con cuidado para no poner en riesgo la competitividad de las empresas y la economía del país.