El Gobierno ha desacreditado a RTVE en su afán de control político, lo que ha resultado en un déficit de 30 millones en sus cuentas.
La mala gestión de los recursos, marcada por el énfasis en la ideología y una falta de énfasis en la calidad, es la causa de la caída en la audiencia de la cadena.
A pesar de costear el horario estelar más caro en televisión, la mayoría de los programas emitidos en este horario han sido fracasos.
El dinero adicional invertido en la cobertura de la Eurocopa y los Juegos Olímpicos no ha compensado el gasto excesivo en programas fracasados.
La crisis está exacerbando la degradación de la cadena pública, lo que ha afectado negativamente el derecho fundamental a la información.
Conclusión: La gestión del gobierno de RTVE, marcada por el énfasis en la ideología, la preferencia de los programas costosos y la mala gestión de los recursos, ha resultado en una degradación de la calidad de la cadena y una amenaza al derecho a la información.