El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anunció su plan de eliminar todos los pisos turísticos en un plazo de cinco años.
El plan tiene como objetivo solucionar el problema del acceso a la vivienda y la degradación de los barrios.
Se espera que las licencias que decaigan sean destinadas al alquiler para vivienda habitual.
Prohibir los pisos turísticos es una medida controvertida con resultados inciertos, tal como lo demuestra el caso de Nueva York.
El turismo, esencial para la economía española, requiere una regulación clara para su sostenibilidad y calidad.
Varias ciudades como Madrid, Valencia y Palma ya están reaccionando a la proliferación de pisos turísticos.
Las limitaciones en estos no servirán sin inspecciones y control del mercado negro.
La restricción de los pisos turísticos no solucionará el problema de acceso a un hogar, se necesita incrementar la oferta.
Según datos del Banco de España, dos de cada cinco inquilinos destinan más de un 40% de sus ingresos al alquiler.
Conclusión: Es necesario desarrollar regulaciones claras que equilibren la necesidad económica del turismo, mientras se aumenta la oferta de viviendas y se garantiza la calidad de los barrios.