El Parlament de Cataluña no tiene una mayoría nacionalista por primera vez en 40 años, pero interpretarlo como una derrota del independentismo tiene sus riesgos.
El fin del procés no ha sido el resultado de la política de reconciliación del Gobierno, sino de la actuación del Estado de derecho y de los tribunales.
El gobierno de Salvador Illa y Pedro Sánchez aún depende del apoyo de sus aliados independentistas para su gobernabilidad.
El tripartito posible con ERC puede enfrentar dificultades dada la presencia de nacionalismo y comparativas con precedentes desfavorables.
Las propuestas al presidente incluyen un pacto fiscal y el reconocimiento nacional de Cataluña, medidas que impulsan el secesionismo.
El Papel de ERC será clave en el eventual tripartito y una repetición electoral podría ser perjudicial para ellos.
Conclusión: La política catalana está en estado de flujo con la disminución del apoyo independentista, pero los desafíos persistentes a la gobernabilidad y la igualdad siguen siendo evidentes.