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Editorial: El Mundo

  • El gobierno está obsesionado con imponer una cierta memoria colectiva, que reemplaza los hechos y se usa para manipular políticamente.
  • Pedro Sánchez, realizó una visita no programada al Valle de los Caídos mientras el Ejecutivo anunciaba planes para derogar la Ley de Memoria Democrática en varias regiones.
  • La ley estatal actual es una continuación de revisionismo histórico que comenzó con Zapatero, que sepultó el legado de la Transición.
  • Bildu se le concedió ficticiamente la prerrogativa de extender el franquismo hasta 1983.
  • Las leyes de concordia impulsadas por PP y Vox amplían retroactivamente su alcance hasta 1931, la proclamación de la Segunda República.
  • La historia no debe ser manipulada para servir a los intereses políticos de los partidos.

Conclusión: Una verdadera democracia no requiere que la legislación defina el relato histórico, y los procesos para exhumar fosas deben ser facilitados sin la necesidad de distorsionar la historia.