El racismo en la Liga y la corrupción en la Federación de Fútbol cuestionan la credibilidad de la competición.
Las sospechas de irregularidades y la opacidad en el fútbol no concuerdan con una sociedad moderna y abierta.
España no puede permitir la continuación de esta situación.
La lucha contra el racismo en los estadios de fútbol debe ser una prioridad.
El incidente racista sufrido por Vinicius Junior del Real Madrid es el último de una serie de actos reprobables.
La corrupción en la federación de fútbol y las posibles irregularidades en la gestión también perjudican la reputación del fútbol español.
Conclusión: Es crucial erradicar el racismo y la corrupción en el fútbol español para restaurar su maltrecha reputación y asegurar su lugar como una de las sedes del Mundial 2030.