El gobierno ha reaccionado de manera fría y distante al asesinato de dos guardias civiles en Barbate.
El PSC se opone a expresar condolencias por los asesinatos, lo que contribuye a la polarización y división.
El presidente, Pedro Sánchez, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, han sido criticados por su falta de acción y reconocimiento de la escasez de recursos en la lucha contra el narcotráfico.
Las fuerzas de seguridad carecen de respaldo a nivel institucional, lo que se percibe como una falta de compromiso para enfrentarse al crimen organizado.
El separatismo y las divisiones partidistas están obstaculizando la necesaria unidad política y el apoyo a las fuerzas de seguridad.
Conclusión: La indiferencia del gobierno y la polarización partidista están socavando seriamente la lucha contra el crimen organizado en España. Debe haber un enfoque más unificado y decidido para abordar estos desafíos cruciales.