El Gobierno tarda en incorporar las directivas de la UE que aumentan la transparencia de las próximas elecciones.
Existirá confusión entre los votantes debido a que la legislación española permite que las papeletas muestren información local y no de la coalición en general.
Esta situación favorece a los partidos mayoritarios de las coaliciones y puede dar falsa representación en el Europarlamento.
Hay una posibilidad de que miles de votos se introduzcan en la urna sin que los votantes comprendan totalmente a quién están apoyando.
El asunto en juego no es solo un tecnicismo legal, sino la transparencia del sistema.
La UE es una unión de Estados, y las papeletas electorales deben reflejar esta realidad, no falsas realidades locales.
Conclusión: Manipular la realidad de las candidaturas a través de la confusión electoral es una perversión de la democracia y del proceso electoral. España aún tiene una deuda pendiente con la transparencia.