Las referencias de María Jesús Montero al aspecto físico de sus contrapartes políticas provocan polémica por considerarse inapropiadas para el debate político.
La escalada del lenguaje agresivo no es exclusiva de Montero, sino que se incluye las tres vicepresidentas de Sánchez.
Con respecto a la transición ecológica, Teresa Ribera generó controversia al arremeter contra Josu Jon Imaz.
Yolanda Díaz ha exhibido hostilidad hacia la dirigencia empresarial en discusiones sobre salarios.
Ribera respaldó el discurso independentista del lawfare, sugiriendo motivaciones políticas detrás de la investigación a Carles Puigdemont.
Conclusión: El gobierno parece estar en un estado de impotencia, reflejado en la escalada de hostilidad y confrontación política. Esto podría ser parte de una estrategia de distracción de cara a las próximas elecciones europeas.